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martes, 25 de noviembre de 2014

¡Caracoles!

   Espero que esta loable iniciativa al menos os saque una sonrisa, como a mí. El objetivo (y más allá del evidente componente estético) es evitar que descuidados zapatos acaben con su tierna existencia. Se supone que se usa pintura no tóxica y me imagino que también se implementa con toda la delicadeza del mundo. Este año me animo ^^

   ¿No os parecen los caracoles unos animales muy peculiares? No sólo llevan por bandera el peregrinaje y la ligereza de vida, si no que además son el estandarte del Slow Movement (el cual ojalá algún día pueda practicar, ahora lo veo tan lejano...).

  
 
 
 


   Me lo iba a callar porque no pega nada con la entrada y evidencia mis contradicciones internas pero... ¡qué lujazo la cervecita con el plato de caracoles en primavera!


Un abrazo compañerxs.




4 comentarios:

  1. Soy incapaz de ponerme ante un plato de caracoles!
    (y en cambio los bigaros me encantan!!!)

    un abrazo caracolera:)

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    1. No los he probado!!! Creo que lo más me gusta de los caracoles son las especias tan intensas que llevan (las cabrillas no me motivan tanto...) Un abrazo!

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  2. Las cabrillas con tomate sí que están buenas!

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