martes, 31 de diciembre de 2013

Hoy, guinda del año

   Adiós 2013. Has sido un buen año. Salud, ilusión, risas, amigos, enganches literarios, reuniones familiares, pelis que te hacen llorar, aprendizaje, amor, viajes, conocerme un poquito mejor... Me siento muy afortunada, no tanto porque no haya habido momentos de desánimo, de pérdida, de adversidad, sino porque la balanza se inclina hacia lo positivo, especialmente si tu perspectiva parte desde ese lado.

   Además, sólo el día de hoy ya he tenido:
  • Soleada playa solitaria
  • Risas con mi mami
  • Gambas al ajillo
  • A Jack, a Victoria y a Christian (de nuevo ^^)
  • Despertar con mi mongolito
  • Música
  • Un abrazo fuerte de mi Renacuajo Con Barba
  • Le he dado de comer a mi sobri, que se lo ha comido todito =D

   Y aun me queda:
  • ¡Reunión en casa con toda mi familia materna!
  • ¡Salida con amigos, con los amigos de toda la vida!

   ¡¿Cómo no me voy a sentir afortunada?!

   De hecho, me da hasta "miedo" formular los deseos para el nuevo año. Me siento osada. Casi no me atrevo a pedir: "quedarnos como estamos". En todo caso, ojalá el año próximo venga con salud y trabajo para los míos. Salud, al menos, que es lo primordial.

   Eso es precisamente lo que te deseo a ti, que estás tras la pantalla. Lo demás se puede "construir" con voluntad. Espero que pases una nochevieja muy bien acompañad@ y que llenes los días que nos regala el año 2014 de ilusión y amor hacia lo que te rodea. ¿Qué pasteloso ha quedado no? Jajajaja A ver, así rápidamente: que disfrutes y aproveches todo lo que te traiga el 2014 como si fuera un regalo inesperado =)


¡Un abrazo compañer@s!


lunes, 23 de diciembre de 2013

Mandar Xmas por correo

   Siempre me ha gustado el "carteo añejo". Cuando era chica solía ir con mis padres de veraneo a Residencias de Tiempo Libre. Tuve la suerte de conocer el precioso Norte de España, así como nuestras exóticas islas de acento más dulce. Allí conocí amigos con los cuales mantuve contacto postal durante muchos años, aunque tristemente no alcanzan a la actualidad. En cualquier caso, el legado de aquellos días no se ha perdido y al correo tradicional le guardo un cariño especial.

   Quizá por eso cuando llega la Navidad me gusta retomar la costumbre de los Christmas. La ilusión que hace recibirlos me gusta transmitirla a mi gente. Así que este año me los he currao y les he puesto foto personalizada del destinatario y mía, washi tape, pegatinas navideñas y mucho amor en las palabras.


   ¡Les ha encantado! No lo esperaban y aunque es una cosa tan insignificante creo que transmite mucho "calorcito", sobre todo si vives en otro país. La efusividad con la que me lo han agradecido es directamente proporcional a la distancia física existente con el destinatario jajaja.

   La verdad es que creo que estoy volviendo adicta a esto. A ser amable y tener detalles con los demás. ¡Regalar me encanta! Tanto que merece una entrada aparte =P Pero es verdad que hacer a los demás un pelín más felices, que se sientan queridos o simplemente hacerlos sonreír es un gustazo. Supongo que, en el fondo, somos todos unos terribles egoístas porque si hacemos cosas bonitas por los demás es porque en el fondo sabemos que el hecho de verlos bien a ellos también nos hace a nosotros más felices. 

   Aprovecho para desearos una Felicísima Navidad rodeados de familia y amigos. ¡Ah! y que cantéis muchos villancicos ¡que trae buena suerte! =D



¡Un abrazo compañer@s!


viernes, 20 de diciembre de 2013

Happy ears

   Imprescindibles en mi escritorio: los tapones para los oídos. No sólo mi casa suele ser bastante ruidosa per se (la música de mi renacuajo con barba, mi madre y su Radio 3 en la cocina, la secadora-avión militar...), si no que también tengo unos vecinos de dulce. Da gusto estar estudiando y que haya reunión familiar en una casa y todo mundo se quede hablado a voz en grito en la puerta, que piten 7 veces en el coche para recoger a sus colegas o que el móvil sea algo aun desconocido y para comunicarse con los de la otra punta de la calle lo mejor sea el griterío, véase:

NIÑAAAAAAA QUE VOY PA'N'CA LA WELA

   Es una delicia. Los impulsos homicidas no escasean, como comprenderéis. Así que eso, los tapones imprescindibles:


   Pero claro, también empecé a darme cuenta que al final del día, tras más de 8 horas de tener los tapones puestos, como que me dolían una mijita los oídos... Así que cuando descubrí esto vi el cielo abierto:


   Aunque lo intenté de todas las formas posibles, no he sido capaz de mangárselos al dueño. Así que le encargué a mi super-papá que me hiciera con uno de estos cascos de obra aislantes.  Y, como no, TACHÁNNNNN:


   ¡Qué maravilla! ¡Altamente recomendables!

   [Muy estéticos sin embargo no son... Si los añadís a mis pintas invernales que describo aquí, imaginaos el cuadro jajaja]

   ¿Y vosotros? ¿Qué método usáis contra "las Maris" de vuestra calle?

¡Un abrazo compañer@s!


lunes, 16 de diciembre de 2013

Maldito despertador

   Odio los despertadores y alarmas. Siempre uso la del móvil y tiene puesto un sonido muy suave y "agradable", pero eso no obsta para que cada mañana me despierte con un infarto. Vamos hasta el punto de que hasta que no han pasado dos o tres minutos mi frecuencia cardíaca no vuelve a su ser. Eso casa con el hecho de que, aunque esté durmiendo profundamente, cualquier ruido-luz suele despertarme. Lo peor es que haya una luz intermitente en mi campo de visión. Aunque esté despierta es que no lo soporto. Y, por su puesto, una alarma eleva ese malsano despertar al máximo exponente.

   Por eso, este año de lo primerito que he puesto en mi Carta a sus Majestades los Reyes de Oriente es el despertador que recomienda Tin



   Aunque también he puesto éste que es un poco más asequible:



  En cualquier caso, tiene que ser una gozada despertarse por el incremento gradual de luz. Por lo visto, a los 20 minutos de empezar esa luz se escuchan sonidos de la naturaleza. Pero vamos, que seguro que a mí no me haría falta llegar a los pajaritos para despertarme. 

   También vi en una ocasión una Alarma-despertador que, dentro de un margen horario que tú fijas, comienza a sonar según tu "proclividad al despierte" o algo así. Ay! Creo que lo he encontrado. Me parece que era éste. ¡Pero claro es que es carísimo! Descartado.

   El caso es que hasta tenga el idílico Despertador-Amanecer (si no me lo traen los reyes el primer sábado tras el prepa me lo compro ¡fijo!) me las he tenido que apañar con lo que tengo. Por eso el día libre de la semana es tan redondito. Desde el despertar ya es sustancialmente distinto.

   Despertarme sin alarma me es una verdadera gozada. Quizás antes no lo apreciaba tanto, ya que siempre he tenido Uni por las tardes. ¡Ves! Esa es una de las razones por las que la Opo no está tan mal. A base de "sufrir" también gozas más. Es decir, aprecias más las pequeñas cosas que en otras circunstancias se darían por sentado.

   Además, también me mimo a veces y, sobre todo los días post-prepa, me doy el lujo de levantarme sin despertador. Es como si yo le diera a mi niña pequeña interior una chuche por haber sido buena. Son pequeñas tonterías pero creo que es importarse mimarse a una misma y concederse caprichitos. Al fin y al cabo, es con uno mismo con quien, con seguridad, vamos a pasar el resto de nuestra vida.

¡Un abrazo compañer@s!

viernes, 13 de diciembre de 2013

El desayuno

   Normalmente tal y como me levanto voy dando tumbos hasta el opozulo y directamente me pongo a estudiar. De esta forma aprovecho el ratito ese en el que estoy atontolinada y en el que mi cabeza no tiene la capacidad suficiente para divagar tanto como le gusta. Así aprovecho una horita de estudio intenso.

   Pasada esa hora ya va empezando a entrar el gusanillo en el estómago. Es entonces cuando bajo a desayunar. Por lo general no tardo más de 20 o 25 minutos, pero es un ritual que me encanta. En concreto, me gusta porque...

  • Supone un break en el estudio. Cuando me pongo a estudiar tempranito cojo los temas con muchas ganas porque sé que además dentro de poco voy a desconectar.
  • Como. Soy de las que piensan que hay que seguir al pie de la letra el refrán: Desayuna como un Rey, almuerza como un Príncipe y cena como un mendigoDespués de toda la noche sin alimento, el cuerpo (y muy especialmente el cerebro) necesita azúcar y nutrientes para rendir. Sobre todo si "cenas como un mendigo", lo cual unos días cumplo mejor que otros... Además, el hecho de comer en sí es indudablemente uno de los placeres de la vida. Especialmente si la comida es casera y ha sido preparada con cariño, de lo cual tengo la suerte de gozar ¡a diario!
  • Como dulce. Es curioso, no soy una persona muy de dulces, sin embargo por las mañanas es lo único que me pide el cuerpo. Sólo me apetece desayunar salado los días que me levanto más tarde, supongo que es porque se me pasa la hora del desayuno y mi cuerpo piensa que ya toca "la tapita". Mi desayuno normal consiste en: infusión de rooibos con frutas con un pelín de leche y miel junto con tostada de aceite y azúcar o de mantequilla y mermelada. La mermelada normalmente es casera. ¡Mi madre hace unas mermeladas para morirse! Mis prefes son las de frutos rojos (compra la bolsa de frutos rojos congelada) y de la higos. Yo a veces juego a que sé cocinar y por eso ahora mismo la mermelada que estoy tomando es una de naranja que hice yo (aunque está feo que lo diga... ¡me salío del ------!). Además de la infusión y la tostada muchas veces mi mami me hace un zumito de naranja natural =)
  • Retomo mi vida social. Por las noches siempre dejo quitados los datos y el wifi del móvil. Hay gente que lo silencia simplemente pero yo prefiero quitarlo todo porque así mirar el móvil no será lo primero que haga nada más me levante, lo cual se traduce en motivo de distracción al sentarme en el escritorio. De esta forma, es cuando bajo a desayunar cuando me pongo al día con el Whatsapp y a veces también miro el Facebook.
  • Escucho las noticias en la radio o algo de música del móvil, según me pille el cuerpo.
  • Pero lo mejor de todo es que dé la casualidad de que haya alguien por la cocina. Siempre que se puede intento coincidir con mi mami o mi renacuajo con barba para desayunar. Creo que desde que paso tanto tiempo sola, metida en el boquete que es mi querido opozulo, estoy más "coscona" en el sentido de que busco más el calor humano. No sólo por que veo que me gusta más estar rodeada de personas, si no porque me apetece más dar abrazos o simplemente tocar a los demás. 
   ¡Vamos que no me cambiaba yo por los currelas que se toman un triste café en un bar deprisa y corriendo por nada del mundo! =P

¡Un abrazo compañer@s!



martes, 10 de diciembre de 2013

Astronauta

   Soy “superfriolera”. En invierno sieeeeempre tengo frío. La temperatura media de mis manos es 10º y 3º la de mis pies. Yo creo que tengo algún problemilla de circulación porque no es normal lo mío… Aunque me gusta más la teoría de que “tengo la sangre caliente”. No sé si tendrá algún fundamento, pero yo la veo muy lógica. ¿Por qué siempre que salimos los amigos soy yo la primera a la que le da frío? Pues porque mi cuerpo está más caliente que el de los demás y la diferencia de mi temperatura corporal con el exterior es mayor, por tanto me da frío antes que a ellos. De hecho, hace poco que pensaba que estaba “malusquilla” (efectivamente no lo estaba, sólo era una excusa de mi cuerpo que no podía con los temas de esa clase…) tuve la ocasión de corroborar que mi temperatura corporal es medio grado superior a la de los demás. O, alomejor, yo soy la normal y los que estaban ese día conmigo eran los raros jajaja.

   Volviendo al caso: que paso tela de frío. Por si fuera poco mi hipotética “peculiaridad biológica”, el problema se agrava porque en casa, que es donde estudio, hace un frío de ese de “cuando el grajo vuela bajo”. Especialmente en mi cuarto. De hecho (y eso sí que está más que constatado), siempre hace 2 o 3 grados menos que en el resto de la casa (salvo si es verano: entonces hace 7 grados más, aproximadamente). Por ello y en pos de la eficiencia energética, viene siendo tradición en casa que a mediados de noviembre apagamos el congelador y traemos las verduras y las pizzas aquí a mi cuarto, donde se mantienen con su escarchita y todo.

   Un día de estos de frío estudio en casa, hace ya unos años, no podía más con mis tembleques y rebuscando en el armario, apareció al fondo un haz de luz que recubría a modo de aura divina mis botas de la nieve. Desde ese día, se convirtieron en mis perennes compañeras de estudio invernal. Son Eran blancas, con gruesa suela negra todoterreno. Mira que mi madre, la pobre, harta de verme andar como Robocop, me ha regalado ya en varios Reyes zapatillas de casa de estas de pelito y todo, pero yo es que sin mis botas ya no me hallo…

   A mis botas pronto se añadió una nueva bata. En concreto, de las que son de “piel de peluche” como yo llamo esa tela y que, además, es de casi dos dedos de grosor. De color marrón champán y hasta los tobillos, por cierto. Y a mi bata acompañó una bufanda de lana forrada de las de tipo “cuello” (que son cerradas), la cual llevo siempre calada hasta las orejas.

   Et voilà! Mi toasexipaminovio outfit opositoril de invierno! 

   Todo sea por estudiar a gustito =D

¡Un abrazo compañer@s!



sábado, 7 de diciembre de 2013

Plan del día

   Como ya dije me encanta hacer listas. Sobre todo si son de cosas que tengo que hacer. No tanto por el hecho de hacerlas y de llevar un orden y de que no se me olvide nada (que también), si no sobre todo por la satisfacción de poder tachar y poner un tick al trabajo ya terminado. ¡Da un "gustirrinín" cuando coges el boli con fuerza y rayas la palabra hasta que queda ilegible! Sobre todo si ha sido algo muy coñazo. Es como si dijeras "¡Ea! ya lo he hecho y hecho está, otra cosa menos de la que preocuparse". Es una liberación, al fin y al cabo.

   En la Universidad ya lo hacía respecto a los ensayos que tenía que redactar, la información que tenía que buscar para algún profesor o los temas para los que tenía que completar apuntes. Normalmente mis listas eran semanales. Ahora, sin embargo, son diarias.

   He cogido la costumbre de hacerme un "Plan del día". Es lo último que hago un día de estudio o lo primero con lo que empiezo si no lo hice el día anterior. Me voy poniendo intervalos de tiempo a los que voy a dedicar cada tema. Queda una cosa tal que así:

                    8.00 - 9.00 subr. P.C.
                    9.15 - 13.00 resumen P.C. (1º desay.)
                    13.30 - 14.30 22 const.
                    16.30 - 18.30 34 penal
                    19.30 - 21.30 92

   Es una manía, lo sé, pero es un gustazo poder ir tachando con lo que vas cumpliendo. Aunque no sólo lo hago por eso, en realidad también tiene sus consecuencias. He comprobado que puede condicionar mi rendimiento del día. Me explico:

  • Si soy muy ambiciosa y planeo un tiempo más bien escaso para cada tema, desde el principio veo que no voy cumpliendo los "objetivos" del día y eso me agobia y me hace estudiar bajo presión. Parece que no sería una buena opción, por tanto. ¡Sin embargo sí lo es! Especialmente si se compara con la alternativa:
  • Si soy sensata y hago una organización del tiempo asequible, de forma que previsiblemente me dará tiempo a cumplir con todo lo programado, voy más tranquila, me relajo. Eso al final se traduce en que involuntariamente rindo menos. Mi cabeza, la muy listilla, como sabe que tengo tiempo bastante se dedica a divagar: a pensar en el finde pasado, en el finde próximo, en la serie de anoche, en la comida que habrá después, en la bronca del otro día con mi madre, en una nueva entrada para el blog o en que no hay pan para el almuerzo, voy a ir a poner la panificadora... Vamos, que me cuesta la vida concentrarme.

   Así que tengo que engañar a mi cerebro. Me tengo que programar un día ambicioso, en el que a priori sepa que no me va a dar tiempo a cumplir todo. Bajo presión siempre he funcionado mejor y aunque esto es muy a pequeña escala, la verdad es que se nota.

   No sé si os habrá pasado lo mismo. Lo más normal (si es que hay alguien tras la pantalla) es que penséis que soy una opofriki esquizofrénica, lo cual creo que es verdad jajaja Pero no sé, a mí me funciona =)

¡Un abrazo compañer@s!



miércoles, 4 de diciembre de 2013

PES

   Me considero una cinéfila empedernida y me encantan los cortos. Así que el haber descubierto PESFILM es ¡un auténnnntico lujazo! 

   Según me chivatea la Wikipedia, Adam Pesapane (aka PES) es un director y animador estadounidense bastante conocido, no sólo por sus cortos, sino también por sus spots publicitarios. Su corto "Fresh Guacamole" fue nominado este año a los Oscars para el Premio al Mejor Cortometraje de Animación, siendo, además, el metraje más corto que ha sido nunca nominado a un Oscar (dura 1:40 min).

  Afortunadamente, está preparando sus primeros largometrajes. Desde luego no me los perderé. 

   Aquí os dejo algunos de sus increíbles cortos:








¡Un abrazo compañer@s!

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