martes, 23 de junio de 2015

Te invito a merendar

  Sí, sí, ¡a ti! A ti que te gusta encontrarte nuevas entradas en mi blog, a ti que alguna vez has dedicado un rato de tu preciado tiempo a escribirme, a ti que te has alegrado con mis victorias y te han apenado mis derrotas, a ti que me comentas en muchas entradas, a ti que has descubierto quién soy, a ti que te pica la curiosidad por saber quién soy, a ti que te has convertido en una verdadera amiga, a ti que alguna vez has pasado por aquí, y también a ti, que has sonreído, si quiera internamente, al saber que no había aprobado porque yo también comulgo con el mantra de mi abuelo: "haz el bien y no mires a quién". Precisamente ti te he preparado, con todo el esmero, mi merienda favoritaLo ideal sería poder compartirla en persona pero iba a estar difícil, así que la compartimos virtualmente si te parece.


   No suelo merendar. Eso de las cinco comidas al día no va mucho conmigo y la merienda es una de las que me salto con más frecuencia, pero cuando meriendo... ¡me pongo las botas!



   Mi merienda preferida consiste en:

YOGURT  GRIEGO + CEREALES + FRUTASEMILLAS + FRUTOS SECOS 
(opcional MERMELADA o MIEL)


   ¡Si es que encima hasta os cuido! Sanísimo todo, y además especialmente pensado para el rendimiento mental, no os quejaréis =P

   A la vista está que la preparación de esta merienda es más fácil que hacer un chiquilllo. El proceso es el siguiente: salir del opozulo, dirigirse al frigorífico y coger un yogurt griego, repartir en dos cuencos (lo mejor es invitar a alguien a la otra mitad y merendar acompañadx, de otra forma te puede salir un señor cuenco y acabar no cenando, que no es la primera vez que me pasa), finalmente añadir "alpiste" (como lo llama mi gente*) y fruta. En caso de ser yogurt griego no azucarado, para endulzar incluir en el mejunje miel o mermelada. Lo suyísimo sería miel cruda o mermelada casera de azúcar de caña integral. Por cierto que el otro día compré panela y aún no he tenido ocasión de probarla.

   *En la cocina ya he conquistado dos estantes: el de las infusiones y el del "alpiste", donde tengo todas mis semillas y cosas raras varias (rollo alfalfa germinada y tal). He pasado de la estrategia de buscar la independización (queda aplazada hasta fin de la opo) a la estrategia de la conquista. En la cocina veo progresos, lo próximo es la balda del frigo. Iré informando.

   El "alpiste" puede comprender y comprende en la merienda de hoy:
  • Avena
  • Sésamo blanco
  • Sésamo negro
  • Semillas de chía
  • Soja texturizada
  • Semillas de lino
  • Semillas de quinoa
  • Polen
   Mis frutos secos predilectos para las meriendas son: nueces, piñones, pipas de girasol, de calabaza y almendras. Además, lo que se ve en el cuenco rosa son pasas de arándano rojo, muy ricas y muy buenas también para el cerebro.

   En cuanto a fruta, intento usar plátano; si no hay, lo que pille: moras, manzana, arándanos, pera, cerezas, higos...

   ¡Espero que os guste!





Un abrazo compañerxs.



miércoles, 10 de junio de 2015

Primer Oral 2015

   Antes que nada las noticias (que después me regañan): no ha podido ser, no he aprobado.

No aparece la concreta sala donde me examiné 
pero os podéis hacer una idea bastante aproximada aquí.
  Sabiendo que son muchos los factos que influyen en el resultado de un examen de este calibre, podría decir que he tenido mala suerte o que las circunstancias no han sido todo lo propicias que me hubieran gustado, pero no dejaría de estar engañándome a mí misma, no estaría siendo justa. Lo cierto y verdad es que podría haber llegado mejor preparada, tengo que machachar, machacar y machacar para que en el nuevo Día Supremo "la suerte" influya lo menos posible. Porque no puedo permitirme el lujo del menor titubeo cuando esté allí (yo no sé vosotrxs, pero estando allí sentada yo dudaba hasta de mi nombre).

   Una sensación agridulce me ha dejado este examen. Tengo motivos para sentir rabia, tristeza e impotencia; me da la impresión de haberme quedado cerca, que mis probabilidades eran más de aprobar que de quedarme en el camino; pero también y en parte por esto mismo, tengo sobradas razones para estar satisfecha y orgullosa de mí misma.

   Las cosas no suelen ser blancas o negras, todo tiene sus matices, sus grises, y mi examen no escapa de esta regla. Para reflejarlo haré uso, una vez más, de mi recurso favorito: las listas. Empezaré por lo negativo para que el regusto que quede al acabar sea más bueno que malo.

LO QUE NO HA SIDO PRECISAMENTE UNA MARAVILLA:
  • Mareos
  • Sentimentalismos profundos pre-examen
  • El agobio de ir con la lengua fuera
  • Señora regla el día de antes del examen
  • Sacrificios, muchos, especialmente el último mes y medio; perderme cosas importantes, alejarme de mis amigos
  • Manías, así un variadillo
  • Importante reforma legal, meter alusiones y estudiar lo que sé que está quedando obsoleto
  • Las muy frecuentes visitas al baño los dos días antes
  • El remordimiento
  • Las interminables horas delante de los papeles cuando se está agotada
  • Bruxismo los últimos tres meses
  • Que mi madre me haya dicho que a ver si voy a tener el Síndrome de Estocolmo con la oposición (al ver mi cara me dijo que era broma...)
  • Pérdida absoluta de la noción del tiempo
  • El sueño, o la falta de él
  • Romper expectativas, again
  • Pérdida de apetito
  • Represalia velada del preparador

DE LO QUE SÍ ESTOY MUY CONTENTA:
  • He mantenido la preciada salud, importante avance
  • Meter 180 temas en una semana
  • La sensación de entrar en esa imponente Sala, bajo la atenta mirada del Tribunal (puede parecer terrorífico, pero es una experiencia que merece ser vivida)
  • Mi familia, dándome facilidades para todo, un valiosísimo apoyo y una comprensión plena
  • Confraternización con compañeros de tribunal el día del examen
  • Después de todo no me he vuelto majara (Mi Mongolito no está tan seguro jaja)
  • Creo haber mejorado mucho como opositora
  • Los amigos incondicionales, que sufren y se alegran contigo
  • Medianamente controlar los nervios el día del examen (fui "a pelo", sin sumial, orfidal, enrelax ni nada de nada)
  • Empoderamiento al verme con mi outfit de Opositora Suprema
  • Lo que hice justo después de salir del examen (censurado)
  • Poder, este año sí, acercar la silla a la mesa (os parecerá una tontería pero no habéis visto lo que pesan esas malditas sillas, el año pasado estuve apoyada en el borde todo el rato)
  • Las ganas de seguir adelante, aun después del Día Supremo
  • Las ocurrencias de Mi Mongolito, me he reído muchísimo gracias a él (por ejemplo, el día de antes del examen me aseguraba que me iba a ir muy bien, que ya se había pasado esa mañana a repartir los sobres jaja)
  • La enhorabuena de mi preparador
  • Volver a la vida, a ser persona (en proceso)
  • ESPERANZA 2016

   Este año no entraré en tantos detalles como el año pasado, también para no repetirme pues la dinámica del examen es absolutamente la misma, así que si tenéis curiosidad podéis visitar la entrada del Primer Oral 2014.

   Hay dos ideas que me han rondado mucho la cabeza últimamente:

   1. El karma o destino. Dicen que todo esfuerzo se ve recompensado, que no cae en saco roto. De forma más o menos directa yo también pienso que estos meses atrás y el sobreesfuerzo hecho se acabarán traduciendo en algo positivo.

   2. Qué es la mala suerte. En alguna entrada he dicho que en las oposiciones la mala suerte puede influir y mucho, mientras que eso de "la buena suerte" como no sea que tengas muchas horas de estudio a las espaldas pocos milagros puede lograr. Hace un tiempo, si bien, que le dado una vuelta de tuerca más a la idea y considero que todo es mucho más relativo a lo que en un concreto "cuándo", "dónde" y "cómo" pueda parecer. Lo que hoy puede parecer la peor de las suertes, mañana puede devenir en una gran fortuna. De forma muy sintética y pedagógica lo expresa este cuento taoísta que conocí gracias a la compañera Candela (¡gracias!):
Un Anciano vivía con su Hijo en un fuerte abandonado sobre la cumbre de una colina, y un día perdió un caballo. Los vecinos llegaron a expresar su pesar por este infortunio, y el Anciano preguntó:
—¿Cómo sabéis que es mala suerte?
Pocos días más tarde volvió su caballo con una cantidad de caballos salvajes, y esta vez vinieron sus vecinos a felicitarle por esta muestra de fortuna, y el Anciano respondió:
—¿Cómo sabéis que es buena suerte?
Con tantos caballos a su alcance, el Hijo empezó a cabalgar en ellos, y un día se fracturó una pierna. Otra vez llegaron los vecinos a expresar sus condolencias y el Anciano respondió:
—¿Cómo sabéis que es mala suerte?
Al año siguiente hubo una guerra, y porque el Hijo del Anciano estaba lisiado no tuvo que ir al frente.

   Ale, ¡y hasta aquí por hoy! Os dejo que ando muy atareada de vacaciones =P



Un abrazo compañerxs.





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