jueves, 31 de julio de 2014

¡Agosto ven a mí!

   Si me preguntaran por mi mes preferido, la respuesta sería bien fácil. Siempre lo ha sido. Mi querido mes de Agosto, mi querido Agosto de playa, de familia, de viajes, de celebraciones, de experiencias, de salidas, de conocer gente, de reencuentros.

   Mentiría si dijera que mis agostos no han cambiado con la oposición. Ahora son, digamos, más intensos ^^ Lo que antes hacía en un mes (o dos) ahora lo condenso en mucho menos tiempo y, bueno, dicen por ahí que "lo bueno si breve, dos veces bueno" (queramos creerlo...). 

   Así que estoy ya retorciéndome de gusto sólo de pensar en los días, horas y minutos que voy a tener lejos mis entrañables temas. Tiempo de desconexión opositoril que se me hace imprescindible para poder seguir adelante. Por eso, os tengo que decir un "Hasta luego", opocompis. Porque el blog no deja de ser en parte sobre la oposición y ésta la pienso aparcar echando a tope el freno de mano, quitándole la batería y con cepo si hace falta. Pero descuidad que en Septiembre me hallaréis por este rinconcito desvariando de nuevo =)

   Hablando de vacaciones, es curioso lo que me pasa siempre. Al principio me encuentro como rara sin tener el día cronometradísimo como es habitual. Es más, me siento como que estoy perdiendo el tiempo y tendría que estar haciendo algo provechoso. Sin embargo, al segundo o tercer día ya ha retornado una a su ser pre-opositoril y casi se confunde entre los homo sapiens. A lo bueno, que se acostumbra una pronto. ¿A vosotros no os pasa?

   Pero no todo es jauja en Agosto... ¿Qué pasa con esos otros días que hay que pringar? Pues pasa que "temas con papatas", y si hace falta a la playa que se vienen conmigo. Que en verano hay que ser más flexibles y se ve que yo iba para contorsionista a este paso jajaja.

   PorCierto1: Hace poco vi la película Agosto y es totalmente la antítesis de lo que representa este querido mes para mí. Me resultó una película tremendamente desagradable y con unos personajes horribles. Vamos, que no la recomiendo en absoluto. Eso sí, Meryl Streep hace un papelón, como siempre.

   PorCierto2: Si tuviera que relacionar una canción con el mes de agosto, sería Mucho Mejor, de Los Rodríguez, cantada infinidad de veces con mi "Cazuela" jajaja.



   PorCierto3: "Agosto" y "A gusto", ¡no puede ser casualidad! De hecho, procede de augustus: más fácil me lo pones. Hay que ver qué cachondos los emperadores romanos éstos eh, se cogieron los mejores meses, qué listillos.

¡Espero que disfrutéis hasta el último segundo de estos 31 deliciosos días!


Un abrazo compañer@s.



martes, 29 de julio de 2014

Évora



   Y, aunque cambiando un poco de tercio... para entrar aún más en el ambientillo agostero jejeje os dejo con el homenaje de Stromae (mucha tela este chico...) a la Diva de los Pies Descalzos:




Un abrazo compañer@s.





domingo, 27 de julio de 2014

Flotar


   Me costó trabajo meterme, estaba fría, pero siempre de cabeza. Por inercia comencé a nadar. Era eso o huir en busca de la toalla y la calidez del sol. Así que nadé y nadé y nadé, hasta que el frío pasó y me encontró el agotamiento. Entonces me di la vuelta y cerré los ojos. Y floté. Con los brazos extendidos y las olas meciendo mi cuerpo. Escuchaba mi agitada respiración, algún barco lejano, algún chapoteo de niños, pero sobre todo escuchaba la inmensidad del mar. Cierro los ojos, relajo los hombros y el agua cubre casi toda mi cara. El pelo parece un alga que acaricia mi cuello. Y así pasaron cinco, diez o veinte minutos. Minutos de desconexión total, de quietud mental, de verdadera paz.


Un abrazo compañer@s.



jueves, 24 de julio de 2014

Nocilla

   Hacía siglos que no me ponía cerda de nocilla, pero el otro día estuve en un sitio merendando y cuando vi al fondo del cajón el inconfundible bote de nocilla con su tapa roja, ya no había pastelitos, galletas o tarta helada que pudieran desplazarla. Ni corta ni perezosa me cogí dos rebanadas de bollo (aka "pan der weno") y me las llené como si no hubiera un mañana.

   Me puse guarra literalmente jajaja. Además que yo soy super patosa para comer con las manos, siempre me mancho muchísimo (cuando como hamburguesa se ríen mucho de mí). Pero es que eso de rechupetearse los dedos llenos de nocilla, ¡eso no tiene precio!

   Fue inevitable acordarme de aquellos tiempos en los que no llegaba a la estantería de la cocina y tenía que arrastrar una silla para alcanzar mi goloso tesoro. Entonces ni pan ni leches, ¡a cucharadas limpias! Jajaja Qué borriquita...


Un abrazo compañer@s.




domingo, 20 de julio de 2014

Primer Oral 2014: ¡Liberación al fin!

   Salí del Tribunal Supremo cagando leches. Como dije en la entrada anterior, terminé el examen bastante contenta y bla bla bla, pero que yo ya lo que quería era largarme, ¡disfrutar de mi nueva LIBERTAD! Llevaba ya muuuuchos días regocijándome en las merecidas vacaciones que me iba a pegar tras el examen. La última semana en concreto fue muy gracioso porque no podía parar de pensar cosas como: "la próxima vez que le rellene el pastillero a mi abuela ya habrá pasado el examen", "cuando vuelva a leer antes de dormir mi super enganche literario ya habrá pasado el examen", "la próxima vez que haga el mongolito con mi RenacuajoConBarba ya habrá pasado el examen"... Y así todo el rato. 

   No es de extrañar que ansiara tan imperiosamente el descanso si se tienen en cuenta las dos entradas anteriores, sobre todo la primera. Sabéis que no me gusta aquí regodearme en lo negativo, así que no he querido dar muchos detalles, pero sí os dejaré con una metáfora que he sentido repetidas veces en primera persona. En la época de exámenes de la Universidad me pasaba también, pero este mes atrás ha sido mucho más intenso: me sentía exactamente como si estuviera bajo agua y se me estuviera acabando el aire, quisiera subir a la superficie pero aún está lejos y noto que me ahogo. Esa ha sido una sensación omnipresente últimamente. Así que podéis imaginar el infinito placer de alcanzar finalmente la superficie y dar una buena bocanada de aire.

   ¡Estos días han sabido a gloria! He tenido tiempo para TODO. Ya antes del examen se me iba la mente a estas ansiadas "vacaciones" y tenía pensado hacer mil quinientas millones de cosas. De hecho tenía una listita (de unas siete paginillas de nada...) con las cosas que quería hacer. Bueno, quería o tenía que hacer porque he ido dejando muchas cosas pendientes desde hace tiempo. Por ejemplo, tenía pasar la ITV (es decir, que he tenido múltiples citas médicas jaja). Además, he aprovechado para reencontrarme con todo el mundo, familia, amigos, Mi Mongolito... (pobre jajaja). ¡Por poco si no estoy más agobiada que estudiando con tanta historia! =P

   Pero como todo lo bueno, mis mini-vacas también se acaban de terminar =( Justo ahora ando en la trágica VUELTA AL COLE. Qué duro por Dios... Julio es que es mortal, con tanto planecito por aquí, salida por allá, fotos de piscina y playa por todas partes... ¡ARGGGG! Pero como ya tengo a la vuelta de la esquina mis diítas de Agosto (¡ESO ES SAGRADO!) estoy más motivada ^^ Además, ¡los temas del primer oral van ahora que ni en el AquaPark!



Un abrazo compañer@s.


   

lunes, 14 de julio de 2014

Primer Oral 2014: El Día Supremo

   Los días previos al examen estaba bastante nerviosa, como es lógico. No tuve más remedio que chutarme todo relajante que hallaba a mi alcance. Las infusiones Relax me las bebía de tres en tres y, aparte, por la mañana y por la noche, me tomaba una pastillita Enrelax. Lo hice para ir calmando los nervios de cara al examen, pero también para saber si me afectaba al estudio, la concentración o si en definitiva me dejaban "lista papeles" jajaja. Todo perfecto y muy recomendable, oiga. Gracias a mi terapia relajante, la noche de antes del día D pude dormir como un bebé y despertarme justo antes de que sonara el despertador. Ese mismo día me di un chute bueno y los nervios: como la seda.

   Es más, no sólo estaba bastante tranquila (dentro de lo que cabe), sino que esa misma mañana me zampé una cantidad de temas inimaginable. Me cundieron más esas 6 horas que los dos días anteriores juntos (en los cuales tenía ya un empacho mental considerable y sólo podía pensar en que pasara el maldito examen). Con la inminencia del examen se desvaneció todo lo que salía de los márgenes de los temas y se me desarrollaron cuatro cerebros capaces de leer artículos de siete en siete. En serio, sé que soy exagerada y que se me nota, pero lo de esa mañana fue de récord guinness jajaja.

   Total, que llegó el mediodía y apenas almorcé. Entre que no me entraba nada y que temía que me cayera mal en el estómago... pero algo sí que me forcé a tragar. Sabía que lo necesitaba para que la mente estuviera a pleno rendimiento (y para poder meterme las 50 pastillas que tenía que tomarme, antibióticos entre otras, ¡óle!). Pues bien, fue acabar de comer y entrarme el agobio de que iba tarde: ¡Que no llego, que no llego! Claro que llegaba... estuve esperando una hora allí, pero tú sabes, las cosas de los nervios. Nervios que, por la medio-carrera que me provocaron al salir, me pusieron en carne viva los pies antes de entrar en la boca de metro siquiera. Aunque los malditos tacones nuevos también tuvieron parte de culpa... Chic@s los zapatos que llevéis que estén muy trillados, que cualquier factor por nimio que parezca, puede desestabilizar la serenidad de ese día y mandar al traste el examen. Supongo que esto es algo muy básico y estaréis pensando que soy una verdadera pardilla. ¡Yo lo pienso rotundamente!

   El caso, que llegué a la parada de Colón y finalmente al Supremo. Lo primero es que entras por unas puertas correderas de cristal e inmediatamente pasas por el control de seguridad, Menos mal que no te hacen quitarte tantas cosas como en los aeropuertos, que si no más de un@ entraba medio en pelotillas al examen jaja. Los policías muy amables todos, eso sí. Justo enfrente del detector de metales hay un mostrador donde entregas el DNI y el policía te da una acreditación (bastante grande e incómoda por cierto). Ellos te indican cómo llegar al ascensor para subir a la primera planta, donde están las Salas de examen. Fue al llegar arriba cuando me quedé literalmente con la boca abierta. Los pasillos ornamentadísimos... las -me atrevería a decir- centenarias puertas de madera verde y dorado... mármol blanco por doquier... ¡El edificio es impresionante! Entonces entendí aquello de "Palacio de Justicia". 

   Aligero que se me está yendo de las manos la entrada jaja. El caso, que me llamaron y entré a la imponente Sala (¡ni más ni menos que como la de la foto!). Fue la Secretaria, ubicada a la izquierda, quien me indicó que me acercara a por las fichas. Antes, si bien, me recomendó que sacase el boli y el cronómetro, dejándolo ya preparado en la mesa. Inmediatamente después cogió la primera bolsita roja (todas puestas sobre su mesa y cada una con su número) y removió las fichas antes de ofrecerme coger una. Metí la mano y saqué la primera bola mientras ella apuntaba en el folio del examen el número del tema correspondiente y lo anunciaba al resto de los miembros del Tribunal, quienes también tomaron nota. Tal que así fue con todos los temas y al final me tendió un programa para que decidiera si quería cambiar alguno.

   Pues bien, ya cuando iba sacando las fichas de los últimos temas pensaba yo Uy, me parece que no he tenido mucha suerte... No, OV, hija mía, no es que "no hayas tenido mucha suerte", ¡es que no te podían haber caído peores temas! Total que cambié ficha, pero qué casualidad: ¡cogí justo un número posterior al que me había tocado! Y pues como que no...

   A todo ello, si bien, el Tribunal fue totalmente ajeno, esto era solamente mi cerebrito martilleándome. Yo iba muy metida en mi papel de "Opositora Suprema" y no se traslució la más mínima duda en mi rostro. Así, muy pagada de mí misma (me encanta cuando leo esta expresión en mis enganches literarios jaja), cogí mi papelito con los temas y allá que me fui a hacer los esquemas. Entretanto, alguno de los miembros salieron, pero no hicieron nada de ruido (o yo estaba muy centrada en lo mío y no me cosqué de nada). Además respetaron escrupulosamente los 15 minutos. Volvieron y el bedel anunció que era audiencia pública. Nadie entró en mi caso, pero la verdad es que, en otro caso, tampoco sé si me hubiera enterado.

   Finalmente llegó el momento decisivo. El Presidente me indicó que encendiese el micro y que comenzase la exposición. Sin olvidarme de la venia, allá que me dispuse a cantar todo lo que pudiera aunque el examen ya sabía yo que no lo acababa. No iba a dejar pasar una oportunidad como esa de experimentar lo que es someterse al Tribunal de Oposición.

   Quizás fuera el hecho de saber que no tenía nada que perder, que no me jugaba nada, o quizás el que estaba yo muy metida en mi papel de Opositora Suprema jaja, no sé lo que fue. Lo que sí sé es que pocas veces he cantado temas con tanto... arrojo, digamos. El ritmo era bueno, el tono era alto (quizás más del necesario por el altavoz, y como no te escuchas tampoco sabes si está demasiado cerca) y las ideas las pude enlazar con soltura. En definitiva, expuse con bastante seguridad, dadas las circunstancias. Pero, como dije, sabía que no terminaría mi examen y así fue. Sin embargo, creo que lo importante es que el resto del examen que pude hacer me pareció aceptable. Al menos yo salí muy satisfecha. Lo había dado todo no sólo antes (y más allá del Mes De La Muerte) sino también durante, así que no podía reprocharme absolutamente nada.

   No puedo terminar la entrada sin resaltar que el Tribunal me pareció extremadamente respetuoso con el opositor. La mayoría me miraba fijamente con cara de concentración y los demás seguían la ley. Sólo en un instante vi a dos comentar algún detalle, pero no perder el hilo de la exposición y mucho menos hacer aspavientos. Creo que en eso sí que tuve muuuucha suerte jajaja. La verdad es que lo más mínimo puede distraerme y con ello perderme de lo que iba diciendo, así que es muy de agradecer esta actitud por su parte. También me resultó un detalle muy grato el que al finalizar la exposición dieran algún que otro consejo sobre cómo enfocar mejor la exposición. 

   En definitiva y al menos en mi experiencia: no es para tanto. Lo importante es tener seguridad en tu bagaje y en tu exposición. Y listo. Bueno, vale, esto no se lo cree ni tu tía Frasca jajaja Lo reconozco, no es precisamente peccata minuta y se pasa cuanto menos regular... pero ir al examen restándole importancia  y considerándolo como un mero trámite es, a mi juicio, algo muy positivo. Incluso diría: ¡nos acerca al aprobado! 


Un abrazo compañer@s.



martes, 8 de julio de 2014

Primer Oral 2014: La recta final

   Ya estoy de vuelta de mi examen y... ¡no puedo dejar de contaros cómo ha ido todo! Quiero además contároslo con los mayores detalles posibles porque a mí siempre me ha gustado leer estas "crónicas de examen". Quizás a alguien le sirva alguna de las cosas que cuente, quién sabe.

   Pero claro la entrada se haría larguísima, porque veo interesante no sólo relatar el día del examen en concreto, sino poneros un poco en antecedentes y también explicar cómo me he sentido después del examen. Así que he pensado hacer tres entradas consecutivas:
   Sé que lo que tod@s estáis deseando saber, ¡si he aprobado o no! No me haré de rogar e iré al grano: NO, ¡no he aprobado! Como sabréis ya lo daba un poco por imposible porque dependía de la suerte (no llevaba los 180 temas todos repasados) y, como también sabréis, no confiaba en que se personara esa "señora de verde" por la Plaza de la Villa de París mi día D. Pero, oye, que estoy contenta con todo lo que he conseguido, que tampoco es poco. Lo contaré en las próximas entradas ;)

   Centrándome en esa recta final preexamen, se puede resumir en que ha sido un MES DE LA MUERTE jajaja Ya antes de meterte en ella te vas haciendo un poco el cuerpo a que va a ser una época de dedicación plena, pero la realidad es que no atisbas a imaginar lo duro que va a ser hasta que "lo sufres en las carnes". Con todo, yo he intentado (hasta que el examen estaba ya más cerca) tener al menos el sagrado día libre para desconectar. El resto del tiempo sólo había temas, temas y más temas y sinceramente creo que nuestra salud mental necesita ese día libre...

   Pero esa presión extrema a la que me he sometido se me ha revelado altamente provechosa. Qué cierto Tin, no hay mal que por bien no venga... Las ventajas de ese "Mes de la Muerte" han sido:
  • Consolidación de fondo. La profundización en el manejo de los temas es brutal en esta época. Mientras antes normalmente llevaba un tema concreto a clase y a los dos días ya no me acordaba ni de qué iba, ahora me los estudiaba sabiendo que se habían "asentado" y que iban a estar ahí para el día D aunque faltaran dos semanas. Y ese efecto creo que se debe simplemente al "cambio de chip". En ese mes estudias pero estudias con los cinco sentidos, siendo consciente de que no te sobra un minuto y que esto te lo tienes que saber mejor que tu nombre y apellidos. No creo que haya otra fórmula mágica. Sólo el poder de nuestro (maldito) cerebrito.
  • "Cánticos celestiales". Yo nunca he estado muy satisfecha con mis cantes en general y aunque afortunadamente he ido progresando, aun me veía lejos de ir lo que se dice "suelta". Sin embargo, ¡en este mes he notado muchísimo el cambio! Más fluido, mejor hilado, menos "ehhh" y acertando más en la literalidad. Por supuesto no todos los cantes han sido perfectos, pero sí que he sido capaz de cantar, en general, con mucha más seguridad.
  • Autoreconocimiento. Efecto no menos importante. Es como cuando empiezas a correr y al poco ves que ya no puedes más, que la lengua te llega al suelo, estando a puntito ya de pararte en seco dices: ¡VAMOS, QUE NO SE DIGA! Haces acopio de fuerzas, aprietas los dientes y cuentas las zancadas, "venga hasta la farola", "venga hasta la siguiente farola", "venga que la otra está más cerca"... y al final resulta que podías muuuuucho más que lo que pensabas al principio. De hecho llegas a recuperar el aliento aunque vas más rápido que nunca. Tu cuerpo deja de quejarse y coge un ritmo estable. Y entonces piensas: ¡Pues sí que era verdad eso de que yo era mi único límite!.
   Pero no fliparos jaja no todo es estupendo y maravilloso. Es una gran jodienda de mes, no lo olvidemos. Es más, la semana justo de antes del examen tuve días muy muy muy chungos. Días que, como suele decirse, no les deseo ni a mi mejor enemigo. Días de negrura mental,  de temas en la sala de espera de urgencias y de antibióticos hasta echar la pota (más literalmente de lo que pensáis). Los detalles escatológicos mejor me los guardo...


Un abrazo compañer@s.




sábado, 5 de julio de 2014

Vestidos

   Nada mejor para este buen tiempo que un fresquito vestido de verano. Buen tiempo que ya sí empieza a extenderse en este extraño mes de Julio. Atrás quedaron los pantalones largos (y las pelambreras escondidas jajaja), llegó el momento de dejar de ser una cebolla e ir liviana. 

   Mira que nunca he sido de las típicas chicas que son super femeninas, siempre con uñas pintadas, todo de rosita, vestiditos, lacitos, diademas y en general complementos hasta decir basta (¡y oye que cada uno va como quiere! de hecho, yo también caigo en "pecado" de vez en cuando =P), pero tengo que reconocer que llevar vestidos en verano es algo que me encanta. No es que sea "incompatible" con mi personalidad ni mucho menos (a todo esto, ¿con qué tipo de personalidad sería incompatible llevar vestido? jaja), pero sí que es verdad que no me gusta caer en tópicos e ir de niña-muñequita frágil y necesitada de protección (lo cual vende mucho en las tiendas, por otra parte).

   Sin embargo, un vestido per se, no tiene por qué significar eso, ¿verdad que no? De hecho, los vestidos existen desde mucho antes que los pantalones, y antes era lo que todo el mundo llevaba, hombres inclusive. Y esto me lleva (como ya he comentado en alguna ocasión...) a ¿por qué los hombres no pueden llevar falda o vestido? Me parece una soberana gilipollez. ¿Quién dice que no puede ser masculino? ¿Quién dice qué es "masculino"? ¿Por qué los hombres tienen que ser "masculinos"? Tantas etiquetas y tantos constreñimientos sociales... valiente mi****.

   Volviendo a mi vestidito jajaja que qué suerte tengo de ser chica, oye. Tendré muchas limitaciones sociales (más que los hombres, aunque si lo piensas ellos están igual de jodidos con este sistema patriarcal), pero en lo que se refiere a forma de vestir hay que reconocer que las mujeres tenemos mucha más libertad. En realidad, está socialmente aceptado que una mujer vista como un hombre (de hecho se requiere en determinados círculos laborales, ¿quizás para que así se disimule mejor la ausencia de "un algo" entre las piernas? es triste, en fin), pero el que un hombre vista como una mujer... eso ya es otro cantar. O eres una "maricona loca" o estás chalado o vas de carnaval. Nada de poder elegir cómo quieres vestirte (además, la moda de hombre es mucho más limitada que la de mujer -y de paso también más cara diría yo-).

   Vaya perorata os he soltado en un momento jajaja Aunque ahora que lo pienso viene un poco al caso... Cierro con una confesión: sí que no me veréis con un vestido rosa con lacitos ^^


Un abrazo compañer@s.

(Me he enamorado de este vestido. ¡Si alguien lo localiza que me avise! Fuente.)

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